jueves, 17 de febrero de 2011

LESIONES DEPORTIVAS Y PRIMEROS AUXILIOS



LESION DEPORTIVA

Una lesión deportiva puede definirse como un daño corporal que limita la actividad o produce un nivel de incapacidad que confina a un atleta al reposo. Las lesiones pueden prevenirse aumentando la flexibilidad, la fuerza, la potencia y la resistencia; por esa razón, siempre se recomienda el calentamiento, que prepara al cuerpo de manera fisiológica y psicológica, para la actuación física. En este sentido, se puede decir que la práctica de cualquier deporte puede producir lesiones, contusiones, y heridas leves, que de no ser atendidas a tiempo, podrían derivar en algo más grave. Por eso, es de mucha importancia conocer las primeras medidas que se deben tomar para evitar males mayores.
Las lesiones deportivas pueden producirse por variadas razones, entre ellas se pueden mencionar las siguientes: 
• Por desequilibrio de la estática: como son las desviaciones de la columna, los pies planos, las deformidades de las rodillas y otras.
• Errores de entrenamiento: esto significa, entre otras: exceso de actividad, ausencia de estiramientos, cambios bruscos del modo de entrenar, y otros.
• Problemas con el calzado: cambio de zapatillas (muy nuevas o muy desgastadas).
• Características del terreno donde realiza la actividad de trote.
• Problemas durante la competición, generalmente por ausencia o déficit de calentamiento, falta de hidratación, mala alimentación y no tener un descanso reparador. (Mínimo 8 horas de buen sueño).
Así pues, se debe considerar que las primeras reacciones, después de haber recibido una lesión deportiva, son muy importantes; ya que si el tratamiento de primeros auxilios no es apropiado, pueden pasar varios meses hasta que se logre la estabilidad y se pueda volver al entrenamiento normal. El tratamiento correcto de primeros auxilios es el primer paso para la recuperación rápida; al respecto, se puede comenzar diciendo que la mayoría de las heridas producidas en la práctica deportiva, no tienen mucha gravedad, pero podrían ser mucho más difíciles de tratar si no se las atiende a tiempo. Así, una simple espina clavada en la rodilla mientras se juega al tenis, puede derivar en una seria infección si no es removida a tiempo. Otras heridas secundarias, como por ejemplo una nariz que sangre o una astilla clavada en el pie, podrían llegar a convertirse en problema clínicos, si no se tienen nociones de primeros auxilios; por lo tanto, es fundamental saber qué medidas se deben tomar cuando una persona acaba de herirse, para aliviar el dolor y las molestias, así cómo procurar que no se convierta en un problema más complejo. En todos los casos, siempre será fundamental dirigirse al médico lo antes posible, sobre toso si la herida se hincha y el dolor persiste.

Entre las causas más comunes que pueden producir lesiones a los deportistas se pueden concretar las que se mencionan a continuación, entre otras:
• Calentamiento previo insuficiente.
• Calentamiento posterior insuficiente.
• No hacer estiramientos antes y después del ejercicio.
• Sobre entrenamiento.
• Falta de reposo
• Calzado incorrecto.
• Equipo inadecuado.
• Trabajar el cuerpo en contra de su constitución.
• Ignorar lo que intenta decir el cuerpo.
• Mala técnica, sobre todo en los ejercicios de fuerza.
• Ignorar normas de seguridad.
• No comer adecuadamente.
• Adicciones: tabaquismo, alcoholismo o uso de drogas.
Como se puede observar, una de las causas más comunes para que se produzcan lesiones deportivas estriba en la falta de calentamiento adecuado; por ese motivo, se recomienda la realización de este tipo de ejercicios antes de la práctica deportiva.

Lesiones deportivas más frecuentes
La mayoría de las lesiones que son atribuidas a la práctica deportiva, son en realidad la consecuencia de la repetición de prácticas inadecuadas. Con el desarrollo que han adquirido las ciencias del deporte, estos problemas son absolutamente previsibles y evitables. La lesión deportiva puede resultar de dos circunstancias: en la primera, hay un hecho traumático, ya sea un objeto o el mismo cuerpo humano que hace de objeto por la velocidad desarrollada y el choque con otro cuerpo, con el suelo o con otro objeto; esa es la llamada lesión aguda, accidental, donde la colisión o el choque vencen la resistencia de los tejidos. En este caso, a pesar de que los tejidos estén adaptados a ese esfuerzo, la lesión es mucho mayor por la velocidad desarrollada hasta el impacto. En la segunda, la lesión deportiva crónica es la que tiene lugar por la repetición de actividad deportiva que, sumada en el tiempo, va produciendo en un organismo un microtraumatismo, que llega a vencer la resistencia del tejido como si fuera el gran impacto del choque de la lesión aguda; la correcta denominación de este daño es "lesión por sobrecarga", porque la carga de trabajo ha sido mayor a la que puede soportar un tejido determinado, llámese tendón, ligamento o músculo, componentes todos ellos del aparato locomotor.
Las diferencias entre estas dos categorías de lesiones deportivas son importantes; en la lesión deportiva aguda, se produce una rotura instantánea porque la fuerza es grande; en cambio, en la lesión crónica el dolor aparece de repente y sin haber hecho aparentemente nada fuera de lugar. Siempre es el exceso de fuerza sobre el tejido lo que produce la lesión. De todos modos, cualquier tipo de lesión en un deportista es importante, porque no le permite desarrollar su rendimiento máximo, para lo cual trabajó un determinado tiempo. En muchas ocasiones, las lesiones se manifiestan por factores de predisposición de la estructura corporal o por factores externos, como superficies de juego o elementos deportivos, inadecuados, o esfuerzos superiores a las capacidades del individuo.

Lesiones deportivas agudas más frecuentes
Entre las lesiones deportivas, que ocurren con mayor frecuencia se encuentran las siguientes: 
  • Heridas: corresponden a la lesión de origen traumático, en la que existe pérdida de la continuidad de uno o más tejidos; se clasifican en:
1. Abrasivas: son causadas por fricción o frotamiento con una superficie áspera, también llamadas escoriaciones o raspones. Por lo general, sólo dañan tejido cutáneo y subcutáneo; se producen en terrenos irregulares o de superficies duras o ásperas.
2. Cortantes: se caracterizan por presentar bordes regulares y se pueden producir por implementos deportivos, vidrios, láminas, etc.
3. Punzantes: son heridas provocadas por objetos que presentan punta, como: clavos, varillas, artículos deportivos, etc.
4. Contundentes: ocurren debido a objetos romos en traumatismo directo; se pueden provocar por piedras, postes, gradas y las diversas áreas anatómicas de contacto permitidas en deportes de combate. La gravedad de la lesión dependerá de la región afectada, por lo que el tratamiento puede variar posterior a la valoración del tipo de herida, gravedad y complicaciones que se presenten, se deberá proceder a la aplicación de los primeros auxilios, teniendo como base las siguientes acciones: a) Lavado de la zona afectada con agua limpia, jabón y gasas estériles; además se debe limpiar en un solo sentido, de arriba hacia abajo, abriendo la herida y limpiando de adentro hacia fuera. b) Aplicación de un antiséptico local como isodine o benzal. c) Aislamiento de la herida del medio ambiente por medio de gasas y un vendaje.
  • Contusión consiste en la patología traumática-inflamatoria más frecuente en las actividades deportivas. Las consecuencias de la contusión dependerán del sitio donde se recibió y la intensidad del traumatismo. Su manifestación ocurre por medio de dolor, rubor, calor y/o tumor, propios del proceso inflamatorio. El tratamiento inicial, siempre y cuando no haya complicaciones, consiste en el uso de métodos terapéuticos dirigidos esencialmente a impedir o limitar la aparición de hemorragia y/o edema, así como disminuir el dolor mediante la aplicación local de frío: en forma sólida (hielo triturado o paquetes fríos), líquida (agua fría) o gaseosa (cloruro de etilo). Se deberá considerar si es necesario retirar al jugador del terreno de juego, para valoración completa y así determinar complicaciones y severidad de la lesión. Posteriormente, colocar hielo. 
  • Distensión es la lesión microscópica del músculo, producida al sobrepasar los límites normales de la elasticidad; ocurre un estiramiento de las fibras sin que exista un daño anatómico ni ruptura de las mismas; esto hace que, por examen clínico, no sea demostrable una solución de continuidad del músculo. Su manifestación clínica se caracteriza por dolor intenso y súbito, el sujeto es capaz de tolerar la molestia y puede continuar su actividad. La evolución de este tipo de lesión es rápida y favorable a la mejoría en pocos días. Si una unidad musculotendinosa se estira demasiado o es obligada a contraerse contra una resistencia demasiado grande, excediendo los límites de extensibilidad o las capacidades de tensión del componente más débil de la unidad, se pueden ver dañadas las fibras musculares, la unión musculotendinosa, el tendón o la unión tendinosa con el hueso. Las distensiones musculares, como los esguinces de ligamentos, está sujetas a sistemas de clasificación diversos. Las distensiones se dividen en tres: la conocida como Distensión de primer grado se da cuando algunas fibras musculares se estiran o se rompen, el movimiento activo produce sensibilidad y dolor; sin embargo, habitualmente se puede realizar toda la amplitud del movimiento. En la Distensión de segundo grado, algunos músculos o fibras tendinosas se rompen y la contracción activa del músculo es extremadamente dolorosa; se aprecia habitualmente una depresión palpable en algún punto del vientre del músculo, en el lugar donde se han roto las fibras musculares y se puede producir una hinchazón a causa de la hemorragia capilar. La Distensión de tercer grado se produce por una rotura completa de fibras musculares en el vientre del músculo, en el área donde el músculo se convierte en tendón, o en la unión tendinosa con el hueso. El deportista tiene dificultades para llevar a cabo el movimiento o quizás una pérdida total del mismo; el dolor es inicialmente intenso, pero disminuye rápidamente debido a la separación completa de las fibras nerviosas. Estas distensiones musculares que conllevan una incapacidad, suelen producirse con mayor frecuencia en los músculos de gran tamaño y productores de fuerza como el cuádriceps y los isquiotibiales. El tratamiento de las distensiones principalmente de los isquiotibiales, requieren un período de al menos seis a ocho semanas y una buena cantidad de paciencia y una buena fisioterapia; el uso de una muslera o pantorrillera es indispensable para la recuperación rápida.
  • Contractura consiste en contracciones musculares dolorosas, de corta duración e involuntarias, causadas por isquemia (irrigación insuficiente del músculo), contusión, desequilibrio hidro-electrolítico, sobrecarga de trabajo muscular, uso de accesorios elásticos o utilización de vendajes muy ajustados. Sus manifestaciones clínicas son: dolor intenso y contracción del músculo afectado. El tratamiento consiste en estirar el músculo y, al controlar la contracción, dar un ligero masaje para controlar el dolor e incrementar el flujo sanguíneo.
  • Desgarro es la ruptura macroscópica y parcial de un músculo, en el cual si se muestra solución de continuidad, se considera como lesión grave, ya que puede haber ruptura extensa de fibras musculares. Su manifestación clínica es dolor intenso y la incapacidad funcional, se presenta frecuentemente un hematoma postraumático cuya magnitud puede palparse como un abultamiento. Se encuentra absolutamente contraindicado el uso de masoterapia durante la primera semana de evolución.
  • Esguince es una lesión producida cuando existe un movimiento forzado de la articulación, más allá de sus límites normales; puede oscilar desde la distención hasta ruptura de un ligamento. Los esguinces se dividen según la intensidad de la lesión en: Grado 1: Elongación (las fibras solamente se estiran); Grado 2: Ruptura parcial (algunas fibras de los ligamentos se rompen) y Grado 3: Ruptura total (todas las fibras se afectan). Sus manifestaciones son: dolor, inflamación e incapacidad funcional que van desde ligera a importante de acuerdo a la lesión. Cuando existe ruptura de ligamentos, puede presentarse equimosis leve a severa; es de hacer notar que en los esguinces grado 2 y 3, se debe tomar en cuenta la posibilidad de fractura ósea, por lo cual es necesario corroborar con estudios radiológicos y continuar con las medidas específicas, las cuales dependerán del grado del esguince.
  • Luxación es una articulación que ha perdido la relación normal de las caras articulares, es decir, existe desplazamiento de los huesos fuera de la articulación. Las manifestaciones clínicas son: dolor, incapacidad funcional, deformación y posición anormal de la extremidad afectada. La pérdida de contacto de las caras articulares es sólo posible a consecuencia de lesiones importantes de las zonas blandas periarticulares, así como de los mismos componentes de la articulación: sinovial, superficies cartilaginosas, cápsula, ligamentos, tendones, músculos, nervios, vasos, que pueden estar comprimidos, pellizcados, desgarrados o arrancados. El tratamiento debe iniciarse tan pronto sea posible, con el fin de evitar que se agrave; existen casos en donde es necesario el traslado a un hospital para valoración radiológica para descartar fractura y realizar la reducción, evitando de esta manera complicaciones neurovasculares por una mal reducción realizada en campo. 
  • Fractura es la pérdida de la continuidad ósea, y se distinguen dos tipos principales de fracturas: 1) Fractura cerrada, es aquella en la cual la piel permanece intacta y si este tipo de fractura se maneja de forma inadecuada, puede agravarse peligrosamente transformándose en abierta o complicada. 2) Fractura abierta, en esta lesión una herida en la piel pone en comunicación el foco de la fractura con el exterior. Este tipo de fractura es grave por el riesgo de infección, exigiendo cuidados especiales. Se habla de una fractura complicada cuando los fragmentos cortantes del hueso roto han dañado algún órgano (vasos sanguíneos, nervios, pulmones, médula espinal); esta clase de fractura puede darse tanto en uno como en otro de los dos casos citados. Las manifestaciones son: incapacidad funcional, dolor repentino violento, fijo, localizado, edema, puede existir o no deformación de la zona lesionada, y crepitación; en este punto es importante considerar la existencia de una luxación si la lesión se encuentra en una articulación. En presencia de una lesión sospechosa de fractura, se debe actuar como si realmente existiera; el tratamiento es con inmovilización inmediata, férulas, tablas o cabestrillos. En caso de presentar herida y/o hemorragia, se debe cubrir y contener el sangrado, luego se traslada al paciente al hospital más cercano; es importante tomar en cuenta que no se debe realizar la movilización o traslado del paciente sin haber inmovilizado la fractura. 
  • Tendinitis. Es de los más comunes de todos los problemas por sobre uso asociados con el atletismo. Esencialmente describe una respuesta inflamatoria dentro de un tendón sin inflamación del para tendón. El término paratenonitis describe la inflamación únicamente de la capa exterior del tendón. La clave para el tratamiento de la tendinitis es el descanso. Si se elimina el movimiento repetitivo causante de la irritación del tendón, es probable que el proceso inflamatorio permita que el tendón se recupere. La tendinitis suele producirse con mayor frecuencia en el tendón de Aquiles, en la parte anterior de la pantorrilla en el caso de los corredores. A diferencia de lo que ocurre en la curación de la mayor parte de los tejidos blandos, las lesiones de un tendón plantean un problema de rehabilitación particular. El tendón lesionado requiere una densa unión fibrosa de los extremos separados, así como extensibilidad y flexibilidad en el lugar de la unión. También usar taloneras para dar menos carga al tendón.
Prevención de las lesiones deportivas
Las lesiones deportivas ocurren con ocasión de la actividad física tanto recreativa como de competición; como se ha visto, pueden aparecer por accidentes o por sobrecarga (presión excesiva sobre un hueso o articulación, etc.) y no difieren de las lesiones que se producen por causas ajenas al ejercicio físico. Las lesiones necesitan no sólo un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también una prevención que contribuya a una sensación de bienestar y a una mejor calidad de vida derivadas de la práctica deportiva
La prevención de lesiones en el deporte depende de una serie de factores, como son:  
  • Una adecuada preparación física.
  • Utilización del equipo apropiado, (incluyendo los protectores).
  • Cumplimiento de las reglas o normas del deporte que se practique.
  • Pasar controles de salud.
  • Llevar una correcta alimentación e hidratación.
  • El dolor es una señal de alarma y, algunas veces, se puede evitar una lesión si se toman en cuenta las señales del cuerpo.
  • No se debe intentar la realización de nuevas destrezas o saltos peligrosos si existe cansancio, debilidad o mareo.
  • Siempre resulta prudente entrenar con un compañero.
  • Vendas, bolsas de hielo y un botiquín de primeros auxilios deben estar al alcance de todo deportista.
  • Es importante la consulta al médico, en caso de lesión y descansar hasta que se dé la recuperación.
 Si se conocen las causas de las lesiones provocadas por accidentes deportivos y las sobrecargas posibles de cada disciplina, es posible el que se puedan evitar muchos riesgos susceptibles de afectar la salud del deportista. A tal fin, entre las medidas que cabe adoptar pueden atarse las siguientes: fijarse, por parte del deportista, una conducta que reduzca las posibilidades de lesión, someterse a entrenamiento en áreas con elevado nivel de seguridad, observar escrupulosamente las indicaciones del instructor, el director de prácticas y el entrenador. Un tratamiento médico en el momento oportuno y una revisión sanitaria periódica constituyen factores que ayudan a evitar graves lesiones y a prevenir ulteriores afecciones crónicas.
 También es muy importante dar el reposo necesario a aquellas partes del cuerpo que se sobrecargan con el esfuerzo físico; por lo tanto, una buena forma física es la base más importante para evitar lesiones; aquellas personas que están por debajo de este nivel, tienen más probabilidades de padecer lesiones tanto por accidente como por sobrecarga. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte, antes de decidir el esquema de entrenamiento. La intensidad y la carga del deporte deben estar adaptadas de forma individual, en función del nivel técnico y de la condición física de cada uno. Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física, (por ejemplo después de un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva. Por otro lado, los ejercicios de calentamiento están pensados para preparar al organismo para la actividad física y cumplen dos funciones muy importantes: evitar las lesiones y mejorar el rendimiento deportivo. En reposo, el flujo sanguíneo hacia los músculos es relativamente bajo, y los pequeños vasos están cerrados, con la actividad, el flujo sanguíneo aumenta a medida que los vasos se van abriendo y preparan a los músculos para el trabajo que van a realizar. La actividad física al incrementar la producción de energía hace que aumente la temperatura de los músculos, lo que mejora la coordinación y disminuye la probabilidad de lesiones. El calentamiento debe iniciarse con movimientos de grandes grupos musculares para que se produzca un gran aflujo de sangre; posteriormente se van activando grupos musculares más específicos. Además, también es preciso realizar ejercicios de estiramiento de los distintos grupos musculares. La última fase del calentamiento está dirigida al gesto técnico específico de cada deporte. Los ejercicios de calentamiento deben realizarse, siempre, antes del entrenamiento y de la competición, son los factores más claros en la prevención de lesiones y en el aprovechamiento del rendimiento deportivo. Después del entrenamiento o de la competición, se deben hacer ejercicios de enfriamiento para volver a la situación de reposo de forma paulatina, y para relajar los músculos y dejarlos listos para la siguiente sesión.
 El tiempo de calentamiento es variable y se pueden seguir los siguientes pasos: 
1. Correr sin moverse, en el mismo sitio, sobre las puntas de los pies o saltar durante un minuto, descansar medio minuto y repetir durante un minuto.
2. Sentarse en el suelo, con las rodillas flexionadas y los pies fijos con un soporte. Tenderse y volver a sentarte. Repetir el ejercicio 16 veces.
3. Tenderse boca abajo, con un cojín bajo la pelvis, levantar las piernas y la parte superior del tronco, de forma que el peso del cuerpo caiga sobre el cojín. Mantener los brazos en los costados y hacerlo 16 veces.
4. De pie, con las piernas separadas, realizar 24 giros de hombros, cambiar el sentido cada cuatro giros.
5. De pie, con las piernas separadas, hacer 24 giros o rotaciones con los brazos extendidos.
6. De pie sobre una pierna, apoyando una mano en algún lugar, realizar 24 balanceos de la pierna y del brazo, libres, pero en sentidos opuestos. Cambiar de apoyo cada cuatro balanceos.
7. De pie, con las piernas separadas y las manos apoyadas en las caderas, rotarlas lentamente.
8. Saltar sobre la punta de los pies o correr a ritmo moderado durante medio minuto.
9. Tenderse en el suelo boca abajo (o, si aún no se está en forma, apoyarse en forma inclinada sobre algún mueble fijo). Extender los brazos para elevar el cuerpo, estando recto. Realizar 1-15 veces.
10. Saltar de puntillas sin desplazamiento, correr, o subir y bajar de un escalón durante 1-5 minutos.
 La flexibilidad
 La flexibilidad articular es la combinación de la movilidad articular, la fuerza, la coordinación y la propiocepción (apreciación de la posición y el equilibrio). En las personas que van a realizar ejercicio físico es muy importante mantener una adecuada movilidad (rango de movimiento articular) y flexibilidad articular.

Para esto hay que tener en cuenta varios factores: 
  • la temperatura de los tejidos obtenida durante el calentamiento
  • el grado de activación neuromuscular 
  • la elasticidad de los músculos, tendones, ligamentos y cápsulas articulares
  • la edad 
  • las características psicológicas
La flexibilidad articular no es igual en todas las articulaciones; se va perdiendo con la edad y suele ser mejor en las mujeres; resulta muy importante para mejorar el rendimiento y para evitar las lesiones. Los ejercicios de flexibilidad articular también deben estar incluidos tanto en la fase de calentamiento como en la de enfriamiento y sobre todo en los periodos de entrenamiento intensivo. La coordinación y la propiocepción requieren gran entrenamiento para su desarrollo, se afectan mucho después de una lesión y son muy necesarias para la correcta integración de los nervios, los músculos y las articulaciones en la ejecución de un movimiento.

 Acondicionamiento de los distintos componentes del aparato locomotor durante el ejercicio
 Es muy importante el acondicionamiento paulatino de las distintas estructuras del aparato locomotor para poder hacer frente a las cargas crecientes del ejercicio físico. Se debe considerar que los huesos se ejercitan con el entrenamiento regular y se van adaptando al aumento de las cargas, haciéndose más fuertes y robustos; de todos modos, estos cambios se van haciendo de forma lenta y progresiva. Con respecto al cartílago que recubre las superficies articulares de los huesos y permite el deslizamiento entre los huesos durante el movimiento, también el ejercicio físico lo mantiene fuerte, mientras que la inactividad lo convierte en una estructura fina, débil y que se puede lesionar fácilmente. La mejor forma de mantener un cartílago en buenas condiciones es por medio del ejercicio suave y mantenido. Si se trata de las estructuras formadas por tejido muscular y conjuntivo, (ligamentos, cápsulas articulares, tendones, vainas y fascias), forman también parte del aparato locomotor; los ligamentos son fuertes y poco elásticos, dando estabilidad a las articulaciones. En cuanto a la cápsula articular, consiste en una cubierta fibrosa que proporciona estabilidad, forrada por dentro por una fina membrana que segrega el líquido sinovial. Cuando se sobrecarga a la articulación, o se irrita la membrana sinovial se produce una mayor secreción de líquido dando origen al derrame articular.
 El ejercicio regular preserva la fortaleza del tejido conjuntivo y retrasa la degeneración propia del paso de los años; también mejora las propiedades mecánicas y estructurales. La inactividad hace más rígidos a los tendones y a los ligamentos por lo que se pueden lesionar con más facilidad. Es sabido que el músculo está formado por numerosas fibras contráctiles que con el ejercicio se hipertrofian; con la edad se pierde la fuerza, y parte del volumen disminuye, siendo reemplazado por grasa; en este caso, se debe tener presente que la inactividad afecta al músculo de varias maneras: disminuye la fuerza, y se alteran la coordinación y la propiocepción, por lo que aumenta el riesgo de lesión. Por otra parte un músculo fuerte y activo protege a las articulaciones de las lesiones porque absorbe y disipa las fuerzas externas que impactan desde el exterior. La preparación física y la psicológica antes del entrenamiento y de la competición están dirigidas a un mejor rendimiento y a reducir la incidencia de lesiones.

LOS PRIMEROS AUXILIOS EN LAS PRÁCTICAS DEPORTIVAS

 Los primeros auxilios son todas aquellas medidas o actuaciones que realiza el entrenador o cualquier otra persona con estos conocimientos básicos, en el mismo lugar donde ha ocurrido el accidente y con material prácticamente improvisado, hasta que llega el personal especializado. Los primeros auxilios no son tratamientos médicos, por el contrario, son acciones de emergencia para reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del atleta; en otras palabras, constituyen la asistencia prestada a los heridos antes de que el personal de sanidad pueda administrarles tratamiento médico; como es imposible que personal médico esté en todo lugar a la misma vez y puede presentarse una situación en la cual se dependerá del propio conocimiento para salvar vidas, se aplicarán los primeros auxilios necesarios y luego se buscará asistencia médica lo más pronto posible. Se recomienda tener calma y hacerlo todo cuidadosamente, manteniendo la serenidad.
 Los primeros auxilios tienen como objetivo: 
• Conservar la vida
 • Evitar el deterioro antes del tratamiento definitivo.
 • Restituir al paciente a una vida útil.  
 La regla de oro es “no producir más daño”, aplicar el principio del “riesgo calculado”; por eso, entre los fundamentos de los primeros auxilios se cuentan los siguientes:  
• Son una medida provisional para alejar el peligro y no constituyen un tratamiento.
 • Deben estar dirigidos a lo que se supone más grave. Ejemplo: cuando alguien recibe una patada en la pierna con la consiguiente lesión, no deberá pensarse que -sólo- se trata de una contusión sino que podría tratarse de algo más grave, una fractura ósea por ejemplo.
 • La tranquilidad y serenidad son de gran ayuda para el accidentado; el nerviosismo y la inseguridad constituyen una amenaza y un temor más, y existe el peligro de que se produzca una situación de shock.
 • Todo el mundo está legitimado para prestar primeros auxilios, pero conviene que sean realizados, siempre que sea posible, por una persona cualificada que goce de la confianza del accidentado. En este sentido, al tutor, entrenador o maestro les corresponden funciones extraordinariamente importantes. Cualquier otro tipo de tratamiento solo podrá ser aplicado por un médico.
 • Primero se debe observar y luego actuar, porque el margen de maniobra puede ser extraordinariamente corto en las lesiones graves, acompañadas de trastornos respiratorios y cardiocirculatorios. Cuando el aporte de oxígeno al cerebro se interrumpe durante un máximo de tres minutos, en la mayoría de los casos es posible la reanimación sin que se produzcan trastornos permanentes. Sobrepasado este tiempo, probablemente se producirán daños irreversibles aunque se logre la reanimación, y pasados cinco minutos la reanimación será infructuosa ya que se producirá la muerte biológica.

Primeros Auxilios para Lesiones Deportivas

 Para la mayoría de las lesiones deportivas, el mejor tratamiento en primeros auxilios, especialmente para esguinces de tobillos, contusiones musculares, lesiones de tendones y articulaciones etc., consiste en descanso + hielo + compresión + elevación. Con estas acciones básicas, se evitarán los hematomas, se reducirá la hinchazón, se disminuiría el dolor y, al final de cuentas, ayudará con la pronta recuperación. Cuando se comienza a forzar el cuerpo de nuevas maneras, las probabilidades de sufrir una lesión aumentarán. No es posible prevenir completamente las lesiones, pero se pueden minimizar los riesgos. Si se comprende cómo trabaja el cuerpo y se lo entrena bien, es menos probable que se sufran molestias, dolores, tensiones y esguinces. Las primeras 24 horas tras la lesión son las más críticas porque determinan el grado que alcanzará la lesión y cuánto tardará en recuperarse. Inmediatamente después de que tenga lugar la lesión, se inflamará la zona: se pondrá roja, caliente y dolerá. La intensidad de la inflamación varía según la lesión y es, de hecho, el inicio del proceso de recuperación, aunque el cuerpo tienda a reaccionar de manera exagerada. Lo primero que se debe hacer es disminuir el proceso de inflamación.

La manera más sencilla de recordar que hacer, como se ha dicho, es: hielo, compresión, elevación y reposo. 
 • Hielo. Para ralentizar el metabolismo de los tejidos del área afectada, debe someterlas a una especie de "animación suspendida", con agua fría o un paquete de hielo. (Un paquete de verduras congeladas es ideal, pero envueltas en un trapo para evitar quemaduras).
• Compresión. La diseminación de los fluidos que se acumulan como resultado de la hinchazón y las hemorragias puede disminuirse mediante la compresión. La manera más sencilla de comprimir una lesión es una venda elástica; debe ser cómoda y no apretar demasiado o restringiría el fluido de sangre a la zona.
• Elevación. Es aconsejable mantener la parte lesionada, elevada y bien sujeta para que los fluidos producidos por la hinchazón y las hemorragias puedan drenar bien. Conviene en particular, si la lesión es en una pierna, para que estos fluidos no se acumulen en el pie.
• Reposo. No se puede eliminar una lesión sin reposo; aunque el dolor desaparezca, el daño en el tejido persiste, por lo que se debe reposar un mínimo de 24 a 48 horas. Durante este tiempo se protegerá la lesión de posibles daños y, quizás, se necesite entablillar. Muchas personas siguen entrenando aunque estén lesionadas, creyendo que si se ponen una tobillera u otro tipo de venda están protegidos contra las lesiones; no es una buena idea, porque si se lleva mucho tiempo lesionado, una venda puede aislar el músculo dañado, permitiendo trabajar los que hay alrededor, pero en circunstancias normales el reposo es la mejor cura. Tomar en cuenta que si se está lesionado y se sigue trabajando, la hinchazón y la hemorragia pueden aumentar y provocar más problemas, por último no olvidar la consulta al médico o a un fisioterapeuta.
 Aplicaciones de primeros auxilios en lesiones deportivas 
 • Picaduras de insecto: Si se puede ver el aguijón clavado en la piel, hay que quitarlo inmediatamente; luego, se aplicará una pasta hecha sobre la base de agua y bicarbonato de soda, y se cubrirá la herida con gasa.

Cortes y rasguños: Siempre se deben lavar las manos antes y después de tratar alguna herida abierta. Se utilizará una toallita limpia o, preferentemente, gasa esterilizada, para lavar el área del corte, junto con abundante agua caliente y jabón. Después de limpiar, se cubrirá el corte con una venda esterilizada; cuando los cortes son más pequeños, la clásica “curita” pueda ser la mejor solución.
Narices sangrantes: Sentarse en un lugar tranquilo, sin moverse mucho, con la cabeza inclinada hacia la espalda. Si la nariz continúa sangrando, expirar suavemente por la nariz, para quitar cualquier coagulación, colocar un pedazo de algodón húmedo en la nariz, y apretarlo firmemente contra la misma. Cuando la nariz pare de sangrar, se debe dejar el algodón en ese lugar, por un tiempito más.
Astillas: Lavar el área con abundante agua caliente y jabón. Tener a mano todas las pinzas y agujas esterilizadas (esto último, se puede lograr, poniéndolas unos minutos en el fuego). Si la astilla todavía sobresale parcialmente, usar sólo pinzas., pero si se encuentra debajo de la piel, hay que introducir suavemente una aguja para removerla. En el caso de que ésta esté alojada en un lugar demasiado profundo, deberá concurrir a un profesional.
Desmayos: Para prevenir desmayos inminentes, ponerse de cuclillas, con la cabeza entre las rodillas y respirar profundamente. Si alguien se ha desmayado, se debe poner inmediatamente de espaldas al suelo; se tratará de poner su cabeza en un nivel más bajo que el resto de su cuerpo para que la sangre irrigue más fácilmente hacia la misma; luego, se pondrá una tela fría en la frente y en la cara. Se debe aflojar toda la ropa que esté muy ajustada.
Quemaduras por sol: Si la quemadura es grande, se debe consultar a un médico inmediatamente, antes de dar cualquier otro paso. Hay que mantenga la quemadura descubierta, sin ropa, y no se debe aplicar nada, salvo alguna gasa esterilizada, para mantener el área limpia. Si la quemadura es pequeña, se pondrá bajo el agua corriente, para que se enfríe, y se mantendrá así hasta que el dolor se atenúe; luego, se puede aplicar aceite para bebes en el área afectada. Si no se ven ampollas, se aplicará una capa de vaselina y, luego, se cubrirá la quemadura con gasa esterilizada gruesa; en caso de presentarse ampollas, es conveniente humedecer la herida con dos cucharas de bicarbonato de soda en un vaso de agua; para luego aplicar gasa pero sin vaselina. En ambos casos, se debe tomar abundantes líquidos.
Quemaduras por sustancias químicas: Ante todo, hay que limpiar el área con agua por varios minutos, hasta quitar todas las sustancias químicas. Si la quemadura es en los ojos, limpiar suavemente por 20 minutos, y ver a un médico inmediatamente.
Insolación: Se debe llevar al paciente hasta un área fresca, lejos de sol y mojarlo con agua fresca, especialmente en la cabeza, el cuello y las muñecas. También, se le quitará toda la ropa que sea posible y darle de beber abundante agua fría. Si es posible, se le avisará a un médico.
Agotamiento por calor: Este síntoma, suele desembocar en la insolación, por lo que debe ser atendido rápidamente. Lo más frecuente, es que se sienta cansancio, con un frío sudor, un aspecto pálido y temperaturas bajas en el cuerpo. Es necesario que se recueste a la persona y se le afloje la ropa, pero que se cubra con alguna sábana o manta muy fina. Esto es así porque, si bien con los golpes de calor o insolaciones, las personas necesitan estar bien frescas y, con el agotamiento de calor, es necesario buscar un ambiente tibio. Además, se debe ver al médico, para excluir cualquier otro tipo de problemas.
Heridas en los ojos: Si se cree que el ojo ha recibido un rasguño o corte, hay que consultar a un doctor inmediatamente; pero si éste simplemente se irrita por haberle entrado un pequeño objeto, se limpia con agua tibia, echando la cabeza hacia atrás, para que el chorro de agua vaya directo al ojo y el párpado no obstaculice la llegada de líquido al globo ocular. Si se puede ver la partícula pero no sacarla, se intentará removerla suavemente con un pedazo de gasa esterilizada.
Contusiones: Se recomienda aplicar una bolsa de hielo para reducir el dolor, las hinchazones y las contusiones.
Ampollas: es una acumulación de liquido localizada bajo la epidermis o en su interior originada por el rose continuo sobre la superficie de la piel. Para esto es necesario no retirar la piel sino limpiar con suero fisiológico y atravesar un hilo por la ampolla, además un remedio casero es ponerse vela de cebo y dejar libre. Para seguir entrenando usar un aro protector.

Los Esguinces afectan fundamentalmente al tejido ligamentoso y capsular, por ello es indispensable parar el trote, y verificar si el dolor es muy fuerte es mejor parar totalmente para ello no debe retirarse el zapato inmediatamente de producido ya que eso ocasionaría mas inflamación de la articulación, una vez ya tranquilizado retirar el calzado y no tratar de mover si es posible un vendaje y hielo hasta acudir al especialista.
 En todos estos casos, aún en los más simples, siempre es conveniente consultar a posteriori con un médico, para saber si el tratamiento tomado ha sido suficiente.  
El botiquín de primeros auxilios
 El botiquín de primeros auxilios es un recurso básico para las personas que prestan un primer auxilio, ya que en él se encuentran los elementos indispensables para dar atención satisfactoria a las víctimas de un accidente o enfermedad repentina y en muchos casos pueden ser decisivos para salvar vidas. El contenido del botiquín cambia de acuerdo a las necesidades del lugar donde se tenga, sin embargo hay ciertos medicamentos e implementos que deberían encontrarse en cualquier botiquín; sobre todo, debe estar en todo sitio donde haya concentración de personas y contener un mínimo de implementos necesarios para atender las emergencias más comunes. Su contenido debe revisarse con regularidad, para evitar que los medicamentos ahí guardados se pasen de su fecha de vencimiento. En general, se recomienda tener los siguientes implementos: 
 • Un manual de primeros auxilios.
 • Un frasco de jabón líquido.
 • Unas tijeras.
 • Unas pinzas.
 • Un rollo de algodón.
 • Dos rollos de vendas de gasa de 10 cm.
 • Tres paquetes de gasa en cuadros de 10 cm. X 10 cm.
 • Un termómetro.
 • Un paquete de aplicadores de algodón.
 • Un rollo de cinta adhesiva.
 • Banditas para heridas pequeñas
 • Un frasco de agua oxigenada.
 • Un frasco de alcohol de uso medicinal.
 • Antisépticos desinfectantes para aplicar en la piel
 • Aspirinas.
 • Un frasco de jarabe antitérmico.
 • Antitérmicos y antipirético para adultos y niños. (No usar aspirinas en niños)
 • Crema con antibióticos para la cura de heridas abiertas pequeñas o medianas.
 • Copita especial para lavar los ojos.
 • Crema para quemaduras solares, picaduras de insectos.
 • Una botella de agua destilada.
  Los elementos esenciales de un botiquín de primeros auxilios pueden clasificarse de la siguiente manera:  
 1. Antisépticos
 2. Material de curación
 3. Instrumental y elementos adicionales
 4. Medicamentos
 1. Antisépticos. Los antisépticos son sustancias cuyo objetivo es la prevención de la infección evitando el crecimiento de los gérmenes que comúnmente están presentes en toda lesión. Cuando se presentan individualmente en sobres que contienen pañitos húmedos con pequeñas cantidades de solución, se facilita su transporte y manipulación.  
  • Yodopovidona. Povidona yodada germicida de acción rápida, se utiliza como jabón y solución para realizar la limpieza y desinfección de lesiones. Los nombres comerciales son: Bactroderm, Isodine, Yodovidona, Wescodyne y Prepodyne. La Yodopovidona puede producir reacción alérgica, por lo que no se debe usar en personas con antecedentes alérgicos al yodo.
  • Clorhexidina. Bactericida útil en desinfección de quemaduras y heridas. Igualmente en la desinfección de material limpio. No debe aplicarse en personas que presentan hipersensibilidad a esta solución y en áreas extensas. Se presenta en sobres con toallitas impregnadas con solución de clorhexidina.
  •  Alcohol al 70%. Se usa para desinfectar termómetros clínicos, pinzas, tijeras u otro instrumental. También se usa para la limpieza de la piel, antes de la inyección. No es aconsejable utilizarlo en una herida por que irrita los tejidos.
  • Suero fisiológico o solución salina normal. Se utiliza para limpiar o lavar heridas y quemaduras, también como descongestionante nasal se presenta en bolsa por 50cc, 100cc, 250cc, 500cc o frasco gotero plástico por 30cc, en su reemplazo se puede utilizar Agua estéril.
  • Jabón. De tocador, barra o líquido para el lavado de las manos, heridas y material. Preferiblemente antibacterial.
 2. Material de curación. El material de curación es indispensable en todo botiquín de primeros auxilios y se utiliza para: Controlar hemorragias, limpiar, cubrir heridas o quemaduras. Prevenir la contaminación e infección.  
 • Productos de gasas o rayón/polyester. Gasas Se sugieren aquellas que vienen en paquetes que contienen una o más gasitas estériles individuales (7.5 cm por 7.5 cm). Material suficiente para tratar una lesión solamente. Cada paquete se halla cerrado en cobertura estéril; se utiliza para limpiar y cubrir heridas o detener hemorragias. Compresas Porción de gasa orillada cuadrada, estéril lo suficiente grande (38 a 40cm) para que se pueda extender más allá del borde de la herida o quemadura. También es útil para atender una hemorragia. Apósitos Almohadillas de gasas y algodón estéril, absorbente, viene en varios tamaños.(13 x 8cms, 13 x 23cms, 23 x 23cms) según la lesión a cubrir, para ojos se utilizan de 4cm x 6.5cms. Si no dispone de gasas individuales ni apósitos, elabórelos con la gasa que normalmente se consigue en paquetes. Teniendo la precaución de que todos los bordes queden al interior de tal manera que ninguna hebra quede en contacto con la herida.  
• Vendas. Es indispensable que haya vendas en rollo y triangulares. Se recomienda incluir vendas elástica y de gasas de diferentes tamaños (1,2,3 pulgadas).  
• Vendas adhesivas. Tales como banditas - curitas, son útiles para cubrir heridas pequeñas. 
• Aplicadores. Se utilizan para extraer cuerpos extraños en ojos, limpiar heridas donde no se puede hacer con gasa y aplicar 3 antisépticos en cavidades.  
• Bajalengua (Paletas). En primeros auxilios se utilizan para inmovilizar fracturas o luxaciones de los dedos de las manos. 
• Espadrapo. Se utiliza para fijar gasas, apósitos, vendas y para afrontar los bordes de las heridas. Se dispone de esparadrapo de 1/2, 1, 2 yardas, preferiblemente hipoalergénico.  
• Algodón. Se utiliza para forrar tablilla o inmovilizadores, improvisar apósitos y desinfectar el instrumental, nunca se debe poner directamente sobre una herida abierta.  
 3. Instrumental y otros elementos adicionales. Tapabocas y Guantes Desechables Pinzas Tijeras Termómetro Oral Gasillas Lupa Linterna Libreta y lápiz Caja de fósforos o encendedor Lista de teléfonos de Emergencia Gotero Manual o folleto de Primeros Auxilios. Otras cosas que le pueden ser útiles son: Pañuelos desechables Toallitas húmedas Manta térmica Bolsas de Plástico Vasos desechables Cucharas Aguja e Hilo.
4. Medicamentos: analgésicos y otros. El botiquín de primeros auxilios debe contener principalmente analgésicos, calmantes para aliviar el dolor causados por traumatismo y para evitar entre en estado de shock, sin embargo no debe usarse indiscriminadamente porque su acción puede ocultar la gravedad de la lesión. Los principales analgésicos que se utiliza son de ácido acetilsalicílico y acetaminofen que en el mercado, puede encontrarse con diferentes nombres comerciales, estos también son antipiréticos (bajan la fiebre).  
Acetaminofén. Analgésicos comercialmente llamados: Focus, Panadol, Tylenol, etc. Las precauciones que se deben tener para su administración son las siguientes: administrar siempre con agua, nunca con café, refrescos gaseosos o bebidas alcohólicas. No se debe administrar a personas con anemia, lesiones renales y/o hepáticas.
Acido acetilsalicilico. Analgésico conocido comercialmente como: Aspirina (adultos-niños), Mejoral (adultos-niños), etc. Para administrar estos analgésicos o calmantes se debe tener las siguientes precauciones: administrar siempre con agua ; nunca con café, refrescos gaseosos o bebidas alcohólicas; no administrar a personas con problemas gástricos (úlceras), ni administrar a personas que sangran con facilidad (hemofílicos) o durante el embarazo, por cuanto la madre como hijo corren riesgo porque se afecta el mecanismo de coagulación. No administrar a personas con problemas renales ni a personas con historia de alergia a este medicamento  


Sobres de suero oral. Es indispensables tenerlos ya que, además de administrarse en casos de diarrea para evitar complicaciones de ésta, también resulta útil para administrar en casos de quemaduras hemorragias o en cualquier situación que la víctima presenta deshidratación, evitando así que entre en shock.
Antihistamínico: No es un medicamento esencial dentro del botiquín; suelen estar indicados para personas que presentan reacción alérgica grave a la picadura de insectos y que se encuentran distantes de un centro asistencial mientras se traslada para la atención médica. Estos medicamentos tienen como efectos adversos, sedación, somnolencia, disminución de los reflejos. No debe mezclarse con licor porque produce mareo, incoordinación, visión borrosa, visión doble, nauseas, vomito, dolor de cabeza. Están contraindicados cuando haya hipersensibilidad a los antihistamínicos, durante el embarazo y lactancia. Se consigue en tabletas (antigripales, clorotrimetron, benadryl) y en crema para la picadura de insectos (caladryl).



FUENTES CONSULTADAS

Primeros auxilios y deportes
http://www.enplenitud.com/nota.asp?notaId=2083
Club Ruta 42 Ecuador
http://www.ruta42.org/www/index.php/articulos-recomendados/126-primeros-auxilios-en-el-deporte
Revisión médica
http://revisionmedica.es/ejercicio-y-deporte/primeros-auxilios-para-lesiones-deportivas
Flasmavi
http://www.flashmavi.com/injuries_sports_injury_first_aid-es_primeros_auxilios_para_lesiones_deportivas.shtml
Saludalia: tu portal de salud y bienestar
http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/vivir_sano/doc/ejercicio/doc/prevencion_lesiones.htm
Manual de primeros auxilios
http://www.manualdeprimerosauxilios.com/
Mujeres & salud
http://www.mujeresysalud.com/salud/prevencion/336-contenido-de-un-botiquin-de-primeros-auxilios
Respuesta asertiva